En todos los Sidurim, al final del servicio de Shajarit, figuran los “Trece Principios de la Fe”. Estos principios fueron formulados originalmente por el Rambam, en su comentario sobre la Mishná.
Él comienza su introducción al capítulo 10 del Tratado de Sanhedrín con las palabras: “Encontré apropiado hablar acá sobre diversos principios de la fe, los cuales son de gran valor e importancia”. (Aquel capítulo se llama en hebreo “el pérek Jélek”).
Leemos en nuestra Parashá: “Y la persona que actúe en forma alevosa… a HaShem injuria, y esa persona será truncada de su pueblo. Pues despreció la palabra de HaShem y anuló Su mandamiento; esa persona será truncada, su trasgresión está con ella” (Bamidbar 15:30-31).
El truncamiento al cual se refieren estos versículos es un “truncamiento espiritual”. Además, véase el comentario de Rashí, que sobre las palabras finales “su trasgresión está con ella”, explica: “Mientras su transgresión está con ella, mientras no se arrepienta”. Es decir que sólo en ese caso la persona merece castigo. Pero a quien hace teshuvá, se le perdona su pecado.
En su sentido simple, los versículos de aquella sección se refieren a un pecado determinado, como explica allí Rashí en su comentario. Sin embargo, nuestros Sabios del Talmud explicaron en un sentido más amplio las palabras “Pues despreció la palabra de HaShem”, y dijeron que éstas se refieren también a otros pecados.
Por ejemplo: en el Tratado de Sanhedrín 99a, la Guemará dice que esto se refiere a quien sostiene que la Torá no proviene del Cielo –¡Dios nos guarde!–, o a quien sostiene que toda la Torá tiene un origen Celestial, excepto algún versículo, que agregó Moshé.
Esto es registrado por el Rambam, que plantea: “El octavo principio en el cual debemos creer, es que la Torá proviene del Cielo. Esto implica creer que toda la Torá que tenemos en la actualidad le fue entregada a Moshé, de boca de Dios, sin excepción… y quien cree que algún versículo no proviene de Dios, sino que Moshé lo escribió por cuenta propia, desprecia la Palabra de Hashem, como previene de ello el versículo (Bamidbar 15:31)…”
En las generaciones siguientes al Rambam se escribió el texto de los “Trece Principios” que hoy conocemos. De hecho, ése es un resumen de las palabras del Rambam en su introducción al capítulo 10 del Tratado de Sanhedrín.
El texto resumido de octavo principio es: “Yo creo con fe absoluta que toda la Torá que se halla actualmente en nuestras manos le fue entregada a Moshé, nuestro Maestro, que en paz descanse”.
El Rambam explica que la Torá proviene del Cielo; es totalmente Divina.
“Moshé fue sólo ‘el escriba’ que escribió todo lo que Dios le dictó: las fechas, los relatos, los preceptos. Toda la Torá tiene su origen en HaShem, y es íntegra, pura, santa y veraz.
“Y quien dice que estos versículos y relatos los inventó Moshé, es un hereje y un renegado, pues piensa que en la Torá hay una parte esencial y una parte despreciable, y cree que las historias y relatos no tienen ningún significado especial…
“En cambio, debemos saber que cada palabra de la Torá encierra enseñanzas y maravillas, para quien las comprende, y que la Torá jamás se llegó a entender en toda su inmensidad, pues es profunda y amplia como el mar.
“Por eso, sólo nos queda seguir el consejo del rey David, quien pidió a Hashem: ‘¡Abre mis ojos para que vea las maravillas de Tu Torá!’ (Tehilim 119:18)”.