Haftará de Jayé Sará
Vehamélej David zakén
Melajim I capítulo 1
La Parashá relata acerca de la ancianidad de Abraham; la Haftará relata acerca de los últimos días del rey David.
Ambos se preocuparon de su sucesión.
En el hogar de Abraham había un aire de distinción, soplaba un espíritu de nobleza. En el palacio de David, en cambio, reinaba la intriga por la toma del poder después de su muerte.
Abraham se ocupó de buscar una mujer que se pareciera a Sará y eligió a Keturá, cuyas acciones también eran muy buenas. Itzjak aceptó la elección de su padre.
Al final, Abraham nombra formalmente a Itzjak como su sucesor.
En la Haftará vemos que uno de los hijos de David se autoproclamó Rey en vida de su padre: “Y Adoniá, hijo de Jaguit, se vanaglorió diciendo: ‘¡Yo reinaré!’, y se hizo un carruaje acompañado de jinetes, con cincuenta hombres que corrían delante de él” (versículo 5).
Pero el plan de Adoniá no tuvo éxito, pues el profeta Natán acudió ante el rey David y le solicitó que cumpliera su promesa de nombrar como sucesor a Shelomó, el hijo de Bat Sheva (vers. 24-27) .
Así hizo finalmente el rey David, ante los ojos de todo el pueblo.
Abraham y David, dos grandes hombres con varias semejanzas en sus vidas.