Haftará de Behaalotejá
La Haftará de Behaalotejá está tomada del libro del profeta Zejaría. Así como Parashat Behaalotejá habla del encendido de la Menorá, el Candelabro del Santuario, la Haftará menciona al final una visión profética relacionada con la Menorá. (Y, de hecho, esta Haftará es la misma que se lee en el primer Shabat de Janucá.)
El profeta Zejariá vivió en la época del retorno de los judíos a la Tierra prometida, al final del exilio en Babilonia y Persia. Ese era el período de la reconstrucción del Templo Sagrado de Jerusalem. Sin embargo, Zejariá profetiza también sobre el Futuro Venidero y la Redención Final, y proclama:
“¡Canta y regocíjate, oh hija de Tzión (Jerusalem), pues HaShem a dicho: He aquí, Yo vendré y residiré en medio de ti! Y muchas naciones acompañarán a HaShem en aquel día, y serán para Mí como un pueblo, mas Yo residiré en medio de ti…” (Zejariá 2:14-15).
Más adelante el profeta Zejariá continúa refiriéndose a la construcción del Segundo Templo Sagrado y dice:
“Y volvió el Ángel que había hablado conmigo, y me despertó, como a alguien que despiertan de su sueño. Me dijo: ¿Qué es lo que ves? Yo dije: Veo y he aquí, un candelabro todo de oro, y tiene un manantial de aceite por encima de él; sobre él están sus siete lámparas, y hay siete tubitos conectados a las lámparas que están sobre él…” (Zejariá 4:1-2).
El profeta trata de entender lo que esa visión profética significaba, pero no logra comprenderla, y le pregunta al Ángel que hablaba con él.
Éste le responde: “¿No consigues entender lo que esto significa?”, y entonces le dice: “Esta es la Palabra de HaShem a Zerubabel (el líder judío encargado de construir el Templo): ¡No lo lograrán por su poder ni por su fuerza, sino por Mi Espíritu!, dijo HaShem de los ejércitos” (vers. 4-6).
Todos nuestros logros en la vida dependen únicamente de HaShem.