¿Por qué se fue la bendición?
Un jasid se acercó a la casa del tzadik Rabí Meír Yejiel de Ostrovtza z”l. Fue a quejarse de que su sustento era muy estrecho, y no le alcanzaba para cubrir los gastos de manutención de su familia.
Le dijo el Rabí:
“En Parashat Reé está escrito: ‘Y te bendecirá HaShem, tu Dios, en todo lo que hagas’ (Devarim 15:18). Abre un negocio, y con la ayuda de Dios tendrás bendición”.
Exclamó el jasíd:
“¡Rabí, mi padre, de bendita memoria, me heredó una tienda de ropa, de la cual él vivió holgadamente, pero desde yo recibí esa tienda, paso días sin ver ni un solo cliente! La caja está vacía, y en consecuencia, no tengo cómo alimentar a mi esposa y a mis hijos…”
“¿Y qué haces en los días que no entran clientes?”, le preguntó el Rabí.
“Le diré con gran pena que no hago nada, o que paso las horas leyendo el periódico…”, respondió el jasid.
“¡Si es así, ya entiendo por qué no tienes éxito en tu negocio!”, exclamó el Rabí con seriedad, y luego explicó:
“Tu padre aprovechaba todo minuto libre entre cliente y cliente para estudiar Guemará o la Torá con Rashí. Tampoco abandonaba la lectura del libro de Tehilim. ¡Por eso el Satán (Asechador) le enviaba clientes sin descanso, con el objetivo de que le impidieran estudiar! Pero tú pierdes el tiempo en tonterías y frivolidades, y el Satán no tiene ninguna razón para molestarte”.