Ser considerados con el sentimiento del prójimo
Leemos en la Parashat Vayakhel: “Ordenó Moshé, e hicieron pasar un pregón en el campamento diciendo: ‘¡Que los hombres y las mujeres no traigan más donaciones para la ofrenda sagrada!’” (Shemot 36:6).
Al pueblo se le había pedido donar los materiales necesarios para la construcción del Mishkán, el Tabernáculo, y lo hizo con mucho entusiasmo. Al final se juntó una cantidad muy abundante, y los encargados le comunicaron a Moshé. Éste ordenó proclamar que no se trajeran más donaciones, pero hizo el anuncio de una forma tal que no causara angustia alguna a las personas.
Ilustraremos este concepto con la siguiente anécdota:
Una persona se llegó a la casa de Rabí Itzjak Eljanán Spektor z”l, el Gran Rabino de Kovna (Kaunas, en Lituania), para informarle una buena nueva. El Rabí le agradeció.
Unos minutos después, vino otra persona y le contó la misma buena noticia. El Rabí también le agradeció.
Y después de un corto tiempo, otras personas vinieron y nuevamente le transmitieron al Rabí las mismas buenas nuevas. El Rabí les agradeció, sin mencionarles que ya las había recibido varias veces.
Uno de sus alumnos le preguntó por qué no les decía que ya había escuchado la noticia.
Contestó el Rabino: “Estos hombres vinieron a contarme las buenas nuevas con mucha alegría, y yo no quiero privarlos de ese placer”.