El arpa del rey David
Rabí Aju bar Bizna relató lo siguiente, en nombre de Rabí Shimón el piadoso (Tratado de Berajot 3b):
Sobre la cama del rey David había colgada un arpa. En punto a la medianoche llegaba un viento del norte, soplaba contra ella y la hacía sonar. Inmediatamente, el rey David se levantaba para estudiar la Torá hasta la llegada de la aurora, momento en que entraban los Sabios de Israel y le decían: “¡Señor, nuestro rey, tu pueblo Israel necesita alimentarse!”
Él les contestaba: “¡Vayan y aliméntenlos ustedes mismos!”
Le replicaban los Sabios: “¡Una pequeña cantidad de comida no alcanza para alimentar a un león…!” (Como diciendo: si tú no alimentas a los necesitados, menos aún podemos hacerlo nosotros.)
Entonces el rey David les decía: “Extiendan sus manos para formar asociaciones” (que provean las necesidades del pueblo; véase allí la Guemará).