Así cumplió el tzadik la mitzvá de la beneficencia
El justo y piadoso Rabí Yehuda Leib Tzvi de Stratin zt”l fue uno de los más importantes Rabinos del siglo XIX. (Stratin es una pequeña localidad en la región de Galitzia oriental, cerca de la ciudad de Levov, en Ucrania.) Él era considerado el heredero espiritual de Rabí Uri de Strelisk zt”l.
Aunque era muy pobre, trataba siempre de ahorrar unas cuantas monedas cada día, y los viernes dividía sus ahorros semanales entre los pobres.
Y he aquí, una vez ocurrió que no pudo juntar nada durante toda la semana. ¿Que hizo? El jueves a la medianoche faenó su vaca lechera, la cual su esposa ordeñaba a diario para vender la leche a los vecinos. Aunque esa era su precaria fuente de ingresos, el justo Rabí no dudó en hacerlo, y además dividió la carne entre los pobres de la ciudad.
La esposa del Rabino se despertó a la madrugada para ordeñar la vaca, como hacía todos los días; pero, he aquí, ¡la vaca había desaparecido! La pobre mujer comenzó a lamentarse a gritos. Dirigiéndose a su justo esposo, el Rabí, exclamó: ¡Qué desgracia Yehuda Tzvi, la vaca desapareció! ¡Nuestra vaca lechera no está! ¡¿Qué haremos?!
“Nuestra vaca lechera no desapareció… subió al Cielo…”, le contestó Rabí Yehuda Tzvi, con mucha calma, mientras abría el libro Vaikrá y le mostraba el versículo que dicta : “Cuando ofrendes un sacrificio a HaShem, de los animales domésticos…” (Vaikrá 1:2).