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5. Tishrei 5786

בס”ד

¿Cuándo revelaba el Jafetz Jaím su identidad?

Una vez, en víspera de Shabat, Rabí Israel Meír Hacohén de Radin, el Jafetz Jaím z”l, se encontraba en un pequeño pueblito de Polonia. Como era su costumbre, se dirigió a la Casa de estudios, tomó un libro y comenzó a estudiar Torá.

Los lugareños no conocían personalmente al distinguido huésped, por eso no le prestaron atención. Y él continuó sentado en la esquina del Bet Midrash que había escogido, junto con las personas humildes que pasarían el Shabat en aquel pueblito.

Después de la oración de Arvit, se le acercó uno de los que participaban en el minián y lo invitó a su casa para comer la cena de Shabat.

Con mucho sigilo y discreción, el sabio Rabí le dijo: “Soy el Jafetz Jaím”.

Muy sorprendido, el hombre le preguntó por qué motivo había ocultado su identidad cuando llegó al pueblo y no hizo saber de su presencia.

Como respuesta, el Jafetz Jaím le recordó un capítulo de la Parashat Jayé Sará:

Abraham había enviado a su siervo Eliézer a su tierra natal, para que buscara una mujer de su familia para su hijo Itzjak. Él llegó allí y vio a Rivká, la hija de Betuel, sobrino de Abraham. Rivká fue y contó a su familia sobre la llegada de Eliézer.

Rivká tenía un hermano llamado Labán, que invitó a Eliézer a comer a su mesa. Pero Eliézer se negó a comer antes de transmitir su mensaje…

Labán le preguntó qué tenía para decir, y Eliézer comenzó con las palabras: “Siervo de Abraham soy yo” (Bereshit 24:34). Con esto quiso que entendiera que sólo comía Kasher, “como un digno siervo de Abraham”.

Concluyó el Jafetz Jaím z”l:

“Por mi parte, yo trato de ocultar mi identidad, para no caer en el pecado del orgullo. Pero cuando me invitan a comer, me veo en la obligación de decir quién soy, para no pecar con comidas no son totalmente Kasher según las reglas de la Torá”.