Uno de los discípulos del Rebe Rabí Menajem Mendel de Kotzk zt”l, de repente comenzó a conducirse por caminos ajenos a la Torá…

Sus amigos, los jasidim del Rebe, hicieron todo lo posible para que retornara al buen camino; pero, desafortunadamente, de nada valieron sus esfuerzos. El descarriado jasid se alejó más y más, cayendo en los brazos de la impureza y los pecados…

Cuando le contaron al Rebe de Kotzk lo que sucedía, el tzadik suspiró y comentó:

“Al comienzo de Parashat Nóaj leemos: ‘Engendró Nóaj tres hijos: a Shem, a Jam y a Yáfet’ (Bereshit 6:10). Sabemos que Jam era el más joven de los tres hermanos, entonces el versículo debería haber mencionado su nombre al final. Pero no es así. ¿Por qué?

“Parece que Shem y Yéfet, que eran justos y rectos, querían cuidar a su malvado hermano. Y por eso lo ubicaron en el medio, entre ellos, con la esperanza de que retornara al camino del bien.

“Pero, desgraciadamente, todos sus esfuerzos fueron en vano… pues Jam siguió siendo Jam, aunque lo sentaron entre rectos y justos…”