Para conocerse uno mismo
Cierta vez, un joven fue a conocer al Rebe Rabí Menajem Mendel de Kotzk zt”l, que estaba sentado en su Corte jasídica.
El Rebe de Kotzk lo encaró y desafió.
“¿Para qué has venido?”, le preguntó.
“He venido porque deseo buscar a Dios y encontrarlo”, le respondió el joven.
Le dijo el Rebe: “Es una lástima que hayas desperdiciado tu tiempo y tu dinero… ¡Dios está en todas partes! ¡Pudiste haberlo encontrado en tu propio hogar también!”
“Entonces, ¿con qué propósito debería haber venido?”, le preguntó el joven.
“¡Para encontrarte a ti mismo!”, respondió el Rebe. “¡Para encontrarte a ti mismo!”