Un Rabino sin horario fijo de atención
Rabí Shemuel Salant z”l (1816-1909) fue el Gran Rabino de Yerushalaim durante setenta años.
Unas personas allegadas le preguntaron por qué razón no tenía un horario fijo para recibir a la gente que venía a hacerle consultas. ¡Otros Rabinos sólo recibían a las personas en un horario fijo!
Contestó el Rabino:
Todo judío –y en especial un Rabino y dirigente– tiene que tratar por todos los medios de emular a HaShem en todos sus caminos.
Es sabido que Él contesta a todos en cualquier momento y hora. Así decimos en el Bircat Hamazón: “Te agradecemos… por el alimento con que Tú nos alimentas y sustentas siempre; cada día, cada momento y cada hora”. De aquí aprendemos que Dios no tiene un horario especial para recibir pedidos o para velar por Sus criaturas.
Y esa era la costumbre de Moshé cuando juzgaba al pueblo “desde la mañana hasta la noche” (Shemot 18:13).
Por eso yo no entiendo la pregunta. ¿Acaso puedo comportarme diferente a Moshé?