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6. Tishrei 5786

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El mes de Adar

¿Sabía usted?

  • El mes de Adar es el décimo segundo mes del calendario, comenzando de Nisán. En el Tanaj también es llamado con este nombre.
  • Adar siempre tiene dos días de Rosh Jódesh, “comienzo de mes”.
  • El origen del nombre Adar es babilonio.
  • El signo zodiacal relacionado con Adar es Daguim, Piscis, porque en este mes se multiplican los peces en los ríos.

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Adar es el décimo segundo mes del calendario judío, cuyos meses se cuentan a partir de Nisán (mes en que salimos de Egipto), como indica la Torá. Contando desde Tishré, Adar es el sexto mes del año.

Adar siempre tiene dos días de Rosh Jódesh, “comienzo de mes”. La duración del mes de Adar es siempre de 29 días.

Así como los nombres de los demás meses del calendario judío, también el nombre de este mes proviene de babilonia, adonde los judíos fueron exiliados después de la destrucción del primer Templo Sagrado de Jerusalem. En el Tanaj (la Biblia), el nombre Adar figura varias veces en el libro de Ester.

En este mes celebramos la fiesta de Purim, y nuestros Sabios enseñaron que “cuando comienza Adar, debemos incrementar la alegría” (Tratado de Taanit 29a).

Asimismo, el versículo en la Meguilat Ester menciona que el mes de Adar se cambió para el pueblo de Israel miyagón lesimjá umeével leyom tov, “de tristeza a alegría, y de luto a regocijo” (Ester 9:22).

Como este mes tiene mucha influencia positiva para nosotros, los Sabios dijeron que si un judío tiene un juicio contra algún gentil, debe tratar de realizarlo en el mes de Adar (Taanit 29a).

En Adar se leen “las Cuatro parashiot” especiales –Shekalim, Zajor, Pará y Hajódesh–, como se explica más adelante.

Adar I y Adar II

Generalmente, el año judío tiene doce meses. Después del mes de Shevat viene el mes de Adar –en el cual celebramos la fiesta de Purim (el 14 de Adar)–, y luego viene el mes de Nisán –en el cual celebramos la fiesta de Pésaj (el 15 de Nisán)–.

Sin embargo, en algunos años se agrega un mes en el calendario judío, y el año pasa a tener trece meses y no doce. ¿Por qué?

La Torá ordenó celebrar la fiesta de Pésaj específicamente en la época de la primavera. El ciclo mensual de la Luna es de 29½ días aproximadamente, entonces 12 meses lunares suman 354 días. Por otro lado, el ciclo anual del Sol es de 365 días aproximadamente. Es decir que cada año la primavera se atrasa 11 días. En tres años solares la diferencia entre los ciclos del Sol y la Luna suma 33 días aprox., lo cual permite agregar un mes. De hecho, los Sabios de Israel calcularon que en un ciclo de 19 años lunares se debe agregar un mes adicional en los años 3, 6, 8, 11 ,14 ,17 y 19.

Cuando un año tiene trece meses, en español se llama “año embolismal”, y en hebreo Shaná meubéret.

Por lógica, el mes adicional se debería agregar inmediatamente antes de Nisán. Pero nuestros Sabios quisieron que la fiesta de Purim siempre se festeje treinta días exactamente antes de Pésaj. Por eso, el mes adicional se agrega antes del mes de Adar.

En los años embolismales el mes adicional recibe el nombre de Adar rishón, “Primer Adar” o “Adar I”; y el mes de Adar en el cual se celebra la fiesta de Purim recibe el nombre de Adar shení, “Segundo Adar” o “Adar II”.

En el mes de Adar I no hay ninguna fiesta. No obstante, se acostumbra señalar el 14 y el 15 del mes con el nombre de Purim katán y Shushán Purim katán (“El pequeño Purim” y “El pequeño Shushán Purim”), respectivamente. En ambas fechas no se recita el Tajanún, las súplicas de pedido de perdón, y hay quienes comen algún alimento especial, para remarcar el día.

En el Primer Adar tampoco se leen “las Cuatro parashiot” especiales –Shekalim, Zajor, Pará y Hajódesh–, sino en el Segundo Adar.

Adar I siempre tiene dos días de Rosh Jódesh, “comienzo de mes”. La duración de Adar I es siempre de 30 días.

Lo oculto y lo revelado en el mes de Adar

El símbolo de Adar son los peces, porque en este mes los peces se multiplican en los ríos y en los mares. Esto es una señal de bendición y buenaventura, pues los peces están cubiertos por el agua, entonces no puede recaer sobre ellos el ain hará, el “mal de ojo”. Aun en el diluvio los peces no murieron.

Los peces fueron creados en el quinto día de la Creación (Bereshit 1:22), y hay una costumbre de casarse precisamente en ese día de la semana. Esto también es un auspicio de bendición, para que la nueva pareja tenga el mérito de cumplir el precepto de “fructificarse y multiplicarse como los peces”, que son incontables.

Los Sabios kabalistas escribieron que, como los peces están ocultos de la vista, ellos están protegidos de los males del celo y la envidia, los cuales dependen de la vista de los otros.

Esta es la fuente del concepto de ain hará, “el mal de ojo”. Los Sabios dicen que “la bendición recae sobre lo que está cubierto de la vista”. Cuando alguien ve que su prójimo goza de bendición y felicidad, puede sentirse celoso –en forma consciente o inconsciente–, y eso puede tener una consecuencia negativa, llamada ain hará.

El mes de Adar es símbolo de alegría porque en él celebramos la fiesta de Purim (el 14 y el 15 del mes), y en Purim también encontramos el concepto de “lo oculto y lo cubierto”.

El Nombre de HaShem no figura en forma explícita en la Meguilat Ester (el Libro de Ester); sólo aparece en los versículos en forma de alusión o insinuación. Los inusuales eventos que giran en torno a Mordejai, Ester y Ajashverosh forman un relato que no habla de “milagros revelados”. En la Meguilá no vemos que las leyes naturales fueron cambiadas para salvar al pueblo de Israel. Pero sí entendemos que, en forma oculta y encubierta, todos los sucesos tuvieron una intención y una guía Divina para obrar nuestra salvación.

El nombre hebreo “Ester” también tiene el sentido de “ocultamiento”. Al comienzo, la reina Ester no le dijo al rey Ajashverosh de qué pueblo provenía, aunque éste le insistió para que lo hiciera.

Las máscaras que se acostumbran vestir en la fiesta de Purim muestran que muchas veces el individuo está oculto, que en realidad “es otro”, no como se muestra. Aunque a veces no lo parezca, ¡un yehudí sigue siendo yehudí!

Todo esto se relaciona con dos conceptos que se alternan, pero que también se complementan: “lo oculto” y “lo revelado”. Nuestro deber es aprender a revelar durante todo el año el bien oculto en nosotros y en los demás.

La ley de beber vino en Purim también refuerza esta idea. El vino permite que una parte de la personalidad, que generalmente está cubierta, quede al descubierto.

Y la meta central de todas las leyes y costumbres de Purim es ayudarnos a estar contentos. Cada persona tiene en su interior una reserva infinita de alegría. Debemos poner a un lado las barreras que bloquean esa fuente de bendición, para que brote y siga brotando sin parar.

Este mes es ideal para meditar sobre las inestimables oportunidades que tenemos. Para buscar descifrar nuestros misterios ocultos. Profundizar en el potencial espiritual de este mes nos ayudará a revelar la bondad que cada uno de nosotros guarda en su corazón.

Y si lo haremos, también podremos esperar cambios en todos aquellos que nos rodean.