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5. Tishrei 5786

בס”ד

Sheminí Atzéret y Simjat Torá

La alegría de la Torá

Todo el servicio a Dios que realizamos en el mes de Tishrí está insinuado en el versículo de Shir Hashirim que dice: “Llévame, y detrás de Ti correremos; el Rey me ha traído a Su recito; nos alegraremos y regocijaremos en Ti” (Cantar de los cantares 1:4).

En los Días Reverenciales y los Días de Arrepentimiento nuestro ruego principal a HaShem fue “¡Llévanos, y detrás de Ti iremos!”

Luego vino la festividad de Sucot, en la cual residimos en las cabañas. La segunda parte del versículo citado –“el Rey me ha traído a Su recinto”– sin duda son una alusión a la sucá, el lugar donde reside la Presencia Divina. Además, el Midrash relaciona Jag Hasucot con otro pasuk –también de Shir Hashirim– que dice: “A Su sombra quise residir y estuve” (Cantar de los cantares 2:3).

La tercera parte y última del versículo citado dice: “nos alegraremos y regocijaremos en Ti”, en hebreo: naguila venismejá baj. La palabra baj está compuesta por dos letras, la bet y la jaf (sofit). Juntas, suman el valor numérico de 22. Esto se refiere a las 22 letras del idioma hebreo, que son las 22 letras de la Torá, lo cual alude a Simjat Torá.

Las 22 letras de la Torá nos traen regocijo. Cada letra de nuestra sagrada Torá encierra una enorme carga de alegría. Independientemente de si la persona estudia más o menos, poco o mucho, cada enseñanza que aprende, cada conocimiento que adquiere es en sí un precioso tesoro.

Dice el santo libro del Zóhar (Parashat Pinejás): “El pueblo de Israel acostumbró hacer un día de regocijo, que recibe el nombre de Simjat Torá, en el cual el Rollo de la Torá se adorna con una corona”. El Zóhar allí nos da a entender que en este día la alegría reina en las Alturas, y nosotros, los seres humanos, ameritamos participar en la alegría de HaShem.

En Simjat Torá completamos la lectura de los cinco libros de Moshé, y al terminar el último versículo nuevamente comenzamos a leer Bereshit, el primer libro. Así como Dios, Quien nos entregó la Torá, es Eterno, leemos la Torá en un círculo continuo, porque el círculo es un símbolo de eternidad.

El círculo simboliza la eternidad porque no tiene un lugar de comienzo ni de final. El círculo es símbolo de igualdad. Todos los puntos del círculo tienen la misma distancia al centro. Esto también se relaciona con la antigua tradición de bailar por horas con los Rollos de la Torá alrededor de la tarima en Simjat Torá. En el día que completamos el ciclo anual de la lectura de la Torá, el baile en círculos simboliza la eternidad de la Torá y de Su Autor.

Además, los Sabios nos enseñaron que en el Futuro Venidero los justos formarán un círculo alrededor de HaShem y bailarán alrededor de Él, así como hacemos en el día de Simjat Torá alrededor de la tarima.

¿Quiénes participan en esa danza? Los judíos de todas partes del mundo, sin importar su origen y su estrato social. Al bailar en círculo, todos los judíos sin excepción se dan cuenta de que están a la misma distancia del Centro, de HaShem bendito.

Todo Israel debe alegrarse con la Torá

El justo Rabí Naftali de Ropshitz zt”l dijo una vez a sus allegados: “Nunca me venció alguien con palabras y argumentos, hasta que lo hizo un carretero, un simple conductor de carretas…”

Contó el Rabí:

Cuando todos los judíos bailaban en Simjat Torá con los Rollos de la Torá, observé a un carretero que bailaba y brincaba entusiastamente. Su alegría parecía no tener límite.

Yo conocía a ese hombre, y sabía que era casi ignorante de la Torá. Al finalizar las hakafot me acerqué a él y con una sonrisa le pregunté: “¿Cuál es la razón de tu alegría en esta noche tan especial? ¿Cuándo estudias la Torá durante todo el año, que tanto te regocijas en Simjat Torá?”

Aquel judío me miró con ojos de sorpresa, y exclamó:

“¡Y si mi hermano hace una fiesta, ¿no debo alegrarme con su alegría?!”

Isrú Jag

El día siguiente a Simjat Torá es llamado Isrú Jag, basado en el versículo de Tehilim 118:27, que alude a la idea de que no querernos separarnos bruscamente de la festividad.

De hecho, así se llama el día siguiente al último día de todas las festividades.

Aunque este día no es festivo, tiene un carácter semifestivo. En él está prohibido ayunar, y en los servicios de Shajarit y Minjá se acostumbra omitir la recitación del Tajanún, las súplicas de perdón.