El último Shabat del año y érev Rosh Hashaná
En el Shabat anterior a Rosh Hashaná siempre se lee la Parashat Nitzavim. En algunos años se sola, y en otros años se lee junto con Parashat Vayélej.
¿Hay algo especial que podemos hacer en este Shabat especial?
En su libro Sefat Emet, el Rabí de Gur zt”l aconseja reforzar el cumplimiento y la observancia del Shabat en este último Shabat del año, porque la esencia de este día sagrado es un elemento importante y un mérito especial que se toma muy en cuenta en el juicio de Rosh Hashaná.
Cuando leemos la Parashá en la sinagoga, Moshé Rabenu se para frente al Trono de Gloria y pide por nosotros para que tengamos un buen año. ¡Él es nuestro mejor abogado! Él conoce los caminos de la oración, y es quien mejor sabe defender a los miembros de su pueblo.
Este Shabat es un momento propicio para que cada uno de nosotros le diga a Moshé: “Tú nos diste esta Torá. ¡Sube ahora y pide por nosotros, por todo Israel, por nuestros hijos y nietos!”
Aprovechemos este momento grandioso en el cual Moshé se presenta ante Dios y ruega por nosotros.
HAFTARÁ DE PARASHAT NITZAVIM
La víspera de Rosh Hashaná
Ya hemos mencionado que se acostumbra tocar el shofar en el mes de Elul, pues el sonido del shofar tiene la virtud de conmover y despertar los corazones. Según la costumbre ashkenazí se toca todos los días de entresemana, al final del rezo de Shajarit; y en las comunidades sefaraditas hay quienes lo tocan durante las Selijot.
Sin embargo, en la víspera de Rosh Hashaná no se toca el shofar, por dos razones:
(a) Para hacer una interrupción. Para establecer una diferencia entre las veces que hemos tocado el shofar en forma opcional –sólo como costumbre, para despertarnos al arrepentimiento–, y el toque de shofar obligatorio en el día de Rosh Hashaná, que es un decreto y un precepto ordenado por la Torá.
(b) Para confundir al Satán. Pues el Satán (el “asechador”) espera ansiosamente que llegue el día de Rosh Hashaná, para hablar mal y acusar a los hijos de Israel ante el Trono Celestial. Pero al abstenernos de tocar el shofar en la víspera de Rosh Hashaná, el Satán “se confunde”. Él se confunde de fecha, y piensa que el día anterior –que sí tocamos el shofar– fue en realidad Rosh Hashaná, y entonces se lamenta de no haber cumplido su “obligación”. De ese modo, debido a su aturdimiento, en la verdadera fecha de Rosh Hashaná no acusa a los hijos de Israel, y salimos meritorios en el juicio.
Aun cuando el primer día de Rosh Hashaná cae en Shabat –día en el cual no se toca el shofar–, igualmente no se debe tocar el shofar en la víspera de Rosh Hashaná.
La anulación de los votos
En la víspera de Rosh Hashaná se acostumbra hacer una Hatarat nedarim, una “Anulación de votos”.
¿Qué es un “voto”?
Según la ley de la Torá, la persona tiene ciertas obligaciones y prohibiciones que debe cuidar; y por otro lado, hay muchísimas cosas que la persona no está obligada a realizar y que tampoco le están prohibidas.
Sin embargo, la Torá nos enseñó el concepto de “los votos”, “las promesas”, “los juramentos”.
Sin entrar demasiado en los detalles de la halajá, estos conceptos implican que, mediante la palabra, la persona se puede auto-obligar o auto-prohibir acciones o asuntos determinados, que antes eran absolutamente opcionales, y si los hacía o no sólo dependía de su voluntad. En otras palabras: al formular un voto, una promesa o un juramento, ahora la Torá considera que ese asunto es realmente una obligación o una prohibición para esa persona.
Según la ley, esto ocurre cuando alguien dice formalmente: “Yo hago un voto…” o “Yo prometo…” Pero, también, cuando simplemente dice que hará alguna mitzvá o buena acción, aun si no utilizó un lenguaje particular de “voto” o “promesa”.
Por ejemplo, si la persona dice: “Mañana iré a visitar a fulano, que está enfermo”, eso se le considera un voto, y ahora está obligada a hacerlo por la ley.
La halajá enseña, además, que si alguien realizó una buena acción tres veces, aunque no haya dicho absolutamente nada con respecto al futuro, a partir de ese momento aquel buen acto se le considera como un voto.
Asimismo, si alguien realizó una buena acción una sola vez, pero al hacerlo tuvo la intención y la decisión de continuar realizándola en el futuro, dicha buena acción ahora se le considera un voto que no debe violar.
Decir siempre Belí néder
Sin embargo, si en el momento de decir “Yo hago un voto…” o “Yo prometo…”, la persona dijo las palabras Belí néder, que significan “sin voto”, entonces la halajá enseña que lo que dijo o hizo no se le convierte en una obligación formal según la ley.
Lo mismo se aplica si la persona dijo Belí néder en el momento de realizar una buena acción tres veces, o de realizar una buena acción una sola vez con la intención y la decisión de continuar realizándola en el futuro. En todos los casos, esa buena acción no se le convierte en una obligación formal para el futuro según la ley.
Como la violación de los votos, las promesas o los juramentos se considera un gran pecado (¡aun si ocurre por descuido!), los Sabios del Talmud y las autoridades Rabínicas postalmúdicas advirtieron repetidamente sobre la gran importancia de cuidarse mucho para evitar formularlos.
Por eso, siempre que la persona dice que hará alguna buena acción, es importante que de inmediato agregue las palabras: Belí néder, “Sin voto”. De ese modo, aun si se abstendrá de hacer esa buena acción en forma casual, eventual, por olvido, etc., no caerá en el pecado de violar un voto o una promesa.
Si al mencionar que haría una buena acción la persona no dijo expresamente Belí néder, pero lo pensó, tampoco se le considera que formuló un voto.
Asimismo, si en el momento de realizar una buena acción tres veces, o de realizar una buena acción una sola vez con la intención y la decisión de continuar realizándola en el futuro, la persona no dijo expresamente Belí néder, “Sin voto”, pero lo pensó, no se le considera que formuló un voto.
La Anulación de Votos
Quien formuló votos, promesas o juramentos, intencionalmente o sin intención, es correcto que se acerque a un Rabino para consultar sobre la posibilidad de “anularlos”.
La Hatarat nedarim, “Anulación de votos”, se realiza frente a tres hombres adultos. (Y, en ciertos casos, lo mejor es que sean diez, si es posible.)
No es necesario presentarse ante una Corte Rabínica formal para obtener la anulación, pero sí se requiere que los tres hombres comprendan el concepto general de los votos y su anulación, o por lo menos que uno de ellos sea entendido en el tema.
La Anulación de Votos sirve sólo para aquellos votos que atañen al comportamiento personal privado, pero no para aquellos votos que la persona formuló frente a su prójimo respecto de algo relacionado con el prójimo.
Es necesario detallar el voto que se desea anular delante de los hombres que lo anularán, o por lo menos delante de uno de ellos. Esto se debe a que hay algunos votos, promesas o juramentos que según la halajá no se pueden anular.
El que pide la anulación de un voto debe presentarse personalmente ante los tres hombres que lo anularán, y no sirve que envíe un representante en su lugar. No obstante, si el marido va a anular algún voto propio, tiene permitido pedir también la anulación de un voto de su esposa.
Está permitido que los tres hombres que anulan los votos sean familiares entre sí, o familiares de aquel que viene a pedir la anulación de sus votos. Pero el marido no puede ser uno de los tres hombres que anularán los votos de su esposa.
Se acostumbra que aquel que pide la anulación de votos permanece de pie, y los tres hombres que anulan el voto están sentados.
La anulación de votos en érev Rosh Hashaná
En la víspera de Rosh Hashaná se acostumbra hacer una “Anulación general de votos”. Esta Hatarat Nedarim general sirve para anular todos los votos, promesas o juramentos que la persona formuló durante el año que está culminando. Esta costumbre se originó debido a lo grave que es transgredir los votos, promesas o juramentos realizados incluso sin intención.
Tanto el que pide la anulación como aquellos que la realizan deben comprender lo que dice el texto de la Hatarat Nedarim, pues si piensan que se trata de una mera plegaria o súplica, los votos no quedan anulados. Por eso, es importante leer una traducción de la Hatarat Nedarim antes de recitar el texto hebreo de la misma. O también se puede recitar el texto de la anulación en cualquier idioma fuera del hebreo.
En la anulación general de votos de érev Rosh Hashaná no se acostumbra detallar los votos que la persona desea anular. Por eso, esta Hatarat Nedarim sirve sólo para aquellos votos que la persona tal vez formuló y olvidó que lo hizo, pero no sirve para aquellos votos que la persona claramente recuerda que formuló (los cuales debe detallar delante de un Rabino para poder anularlos, como fue explicado más arriba).
En principio, el texto de la Hatarat Nedarim debe ser leído por cada uno en forma individual, y al final los tres hombres que anulan los votos le responden: “(Los votos) te están permitidos…”, etc., como figura allí. Pero cuando no hay tiempo suficiente, está permitido que varias personas lean a la vez el texto delante de los tres hombres. En este caso, los tres hombres deben responder: “(Los votos) les están permitidos…”, en plural.
El hombre que desea pedir la anulación de los votos de su esposa también, debe informar de ello a quienes anulan los votos. Y también en este caso aquellos responden en plural: “(Los votos) les están permitidos…”
De ser posible, la anulación general de votos de érev Rosh Hashaná se debe realizar delante de diez hombres (no sólo delante de tres). Entre otras razones, esto se debe a que en esta Hatarat Nedarim se acostumbra anular también toda clase decretos de excomulgación (llamados Nidui, Jérem y Shamtá), así como todo tipo de maldiciones e imprecaciones (Kelalot y Arurim).
Inmediatamente después anular los votos pasados, se acostumbra recitar una Modaá, una “Declaración de nulidad” de los votos futuros. El propósito de esta Declaración es manifestar nuestra intención de que cualquier voto, promesa o juramento que en el futuro podamos llegar a formular sin darnos cuenta, desde el comienzo no tenga validez. (Véase en los libros de halajá todas las leyes referentes a esta declaración.)
Hay quienes tienen la costumbre de hacer una Hatarat Nedarim adicional en érev Yom Kipur. Y otros, basados en la Kabalá, hacen una anulación adicional cuarenta días antes de Rosh Hashaná y cuarenta días antes de Yom Kipur.