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5. Tishrei 5786

בס”ד

Rosh Hashaná

¿Sabía usted?

  • Rosh Hashaná no es un festejo frívolo o un simple aniversario; es un día de devoción, de plegaria, de arrepentimiento y de alegría.
  • Rosh Hashaná es llamado en la Torá Yom Teruá, “el Día de Toque de Shofar”.
  • También es llamado Yom Hazikarón, el Día del Recuerdo, pues Dios juzga las acciones de cada uno en el año que concluyó.
  • Por esta razón Rosh Hashaná también es llamado Yom Hadín, el Día del Juicio. En este día Dios decreta la función que cada uno deberá cumplir en el año que comienza.
  • El Supremo es benevolente. Su intención es ayudarnos a seguir las leyes de la Torá, para lograr la perfección espiritual.

Una nueva oportunidad

He aquí, algunos puntos para reflexionar en relación con Rosh Hashaná, el año nuevo judío.

Rosh Hashaná no es un festejo frívolo o un simple aniversario. Como ninguna otra fiesta, Rosh Hashaná reúne devoción, plegaria y arrepentimiento, pero también confianza en Dios y alegría.

Según la tradición Rabínica (acorde con Rabí Eliézer), el 1 de Tishrí fue el sexto día de la Creación del mundo, en el cual fue creado Adam harishón, el primer hombre. En este mismo día Dios ordenó a Adam y Javá no comer del Étz Hadaat, “el Árbol del conocimiento del bien y del mal”. En este mismo día ellos pecaron, fueron juzgados, y fueron echados del Gan Eden, “el Jardín del Edén” con misericordia y perdón. Dijo Dios: “Que Adam sea un símbolo para todos los hombres; ya que hoy fue juzgado y perdonado, fijaré esta fecha como un día de juicio y perdón para sus descendientes”.

Por eso, según la cuenta general de los meses, Tishrí es el primer mes del año; y el 1 y 2 de Tishrí es el “Comienzo del año”, Rosh Hashaná, llamado “el Día del Juicio”.

En el día de Rosh Hashaná todas las criaturas se presentan ante el Creador, para que sus actos sean evaluados. “Toda la humanidad desfila ante Él como un rebaño de ovejas” (Tratado de Rosh Hashaná 16b). En este día se decreta el futuro de cada uno para el año que comienza (ídem).

Pero el Supremo es benevolente. Lejos de buscar perjudicarnos, Su intención es más bien ayudarnos a seguir las leyes de la Torá, que nos fueron entregadas para nuestro bien, para lograr la perfección espiritual. Por eso Rosh Hashaná un día de juicio pero también de misericordia y perdón.

Además, para mostrar nuestra seguridad en la misericordia Divina, el día anterior a Rosh Hashaná nos cortarnos el cabello y nos ponemos ropas limpias y bellas para la festividad. Y en el día de Rosh Hashaná mismo comemos alimentos deliciosos y bebemos bebidas sabrosas.

Rosh Hashaná no nos debería sorprender desprevenidos. Durante el mes de Elul, el sonido del shofar y las Selijot anunciaron su proximidad. Elul nos proporcionó el tiempo necesario para realizar un balance de nuestros actos, para formularnos preguntas como: ¿Quién soy, y quién debería ser? ¿Qué soy, y qué debería ser? ¿Estoy dirigiendo mi vida por el camino espiritual que el Creador requiere?

Y más específicamente, de aquí en adelante: ¿Dedicaremos desde hoy más tiempo a la plegaria y al estudio de la Torá? ¿Estamos dispuestos a dar más atención a los necesitados? ¿Estamos decididos fervientemente a erradicar cualquier hábito negativo y a cumplir los preceptos de aquí en adelante?

En algún momento inesperado, una maravillosa sensación se adueña del corazón arrepentido.

¡Es la sensación de recibir una nueva oportunidad! ¡De recomenzar inocentes, puros, como recién nacidos!

Con este sentimiento debemos llegar a la sinagoga al comenzar el día de Rosh Hashaná.

Un Día de Recuerdo y misericordia

Uno de los nombres de Rosh Hashaná es Yom Hazikarón, “el Día del Recuerdo”, como mencionamos en los rezos y en el Kidush de este día sagrado.

En este día Dios recuerda a cada uno, examina sus acciones, revisa sus aciertos y sus errores, sus buenos y sus malos actos. Por eso, en este día nuestra función es recordar y reconocer al Supremo Hacedor de todo el mundo y de todos los seres.

Pero, de hecho, nosotros esperamos que en Rosh Hashaná Dios olvide nuestras faltas, fallas e incorrecciones. ¡Mejor sería que este grandioso día fuera llamado Yom hashijejá, “el día del olvido”!

Nuestros Sabios enseñaron que Rosh Hashaná es “el cumpleaños del mundo”. Adam y Java, los primeros seres humanos, fueron creados en este día. Toda la Creación se renueva, nace nuevamente.

¿Qué se hace generalmente en un cumpleaños? Se hojea el álbum del cumpleañero. Allí se lo ve bien vestido, sonriente, rodeado de sus padres y amigos. No se ve los momentos en que estuvo enojado. No se escuchan sus gritos o sus llantos. No se lo ve desalineado ni sucio. En los álbumes solamente se ponen las mejores fotos; lindas y relucientes.

De la misma manera, en Rosh Hashaná le pedimos a Dios que nos recuerde en forma “selectiva”. Que recuerde sólo nuestras buenas acciones. Cómo sonreímos a nuestros amigos, cómo dimos caridad a los pobres, cómo ayudamos a los ancianos y a los necesitados de asistencia, cómo honramos a nuestros padres, etc. 

Leemos en la Torá: “Y Dios recordó a Rajel” (Bereshit 30:22). Este versículo se refiere al momento en que HaShem se apiadó de nuestra matriarca Rajel, que hasta ese momento era estéril. Ahora Él le daría fruto de vientre.

De hecho, nuestros Sabios dijeron que precisamente en Rosh Hashaná Dios recordó a Sará, a Rajel y Janá para darles fruto de vientre.

Rashí explica qué es lo que Dios recordó con respecto a Rajel: “Él recordó sus buenas acciones”. 

Nosotros también le pedimos a Dios: “¡Por favor, recuerda nuestras buenas acciones!” ¡Solamente nuestras buenas acciones! 

En los rezos de Rosh Hashaná leemos un versículo muy interesante que el profeta pronunció Jeremías en Nombre de Dios: “¿No es Efraim un hijo querido para Mí? ¿No es un niño precioso?” (Yirmeyahu 31:19). 

Efraim no era uno de los hijos de Yaacov, sino uno de los nietos del Patriarca. Él era hijo de Yosef hatzadik. Aun así, HaShem llama a todo el pueblo de Israel con el nombre del nieto, y no con el nombre del hijo. 

Para nosotros esto es una muy buena señal. En estos días debemos pedir a HaShem que nos ayude a ser Sus nietos. Porque con un hijo a veces se llora, pero con un nieto se ríe. Con un hijo se es exigente, a un nieto se lo consiente. 

Debemos decirle a HaShem:

“¡Sé con nosotros como un abuelo, que se desespera por consentir a sus nietos, que aguanta su malcriadez y sus desplantes! ¡El amor de un abuelo lo aguanta todo! ¡Déjanos ser Tu Efraim, Tu niño querido, Tu nieto precioso! Pues sobre él Te expresaste diciendo: ‘Al mencionarlo, lo recuerdo con ternura… por eso Mis entrañas se conmueven por él, ¡ciertamente me apiadaré de él!’ (ídem)”.

Elevemos así nuestras súplicas a HaShem en estos días de teshuvá, en estos días que conducen a la reflexión y al arrepentimiento.

Y, sin duda, con Su gran piedad Él nos dará la oportunidad de comenzar un nuevo año con salud y energía positiva, para que podamos ser lo que la Torá nos exige: un pueblo santo.

La responsabilidad del Jazán

Un año, antes de comenzar los rezos de Rosh Hashaná, el Rebe Rabí Moshé de Kobrin zt”l contó:

Hubo un rey que se encolerizó con su pueblo rebelde, y se dispuso a juzgarlo…

Nadie se atrevía a presentarse ante él para pedirle misericordia. Pero entre la muchedumbre estaba aquél que había organizado la revuelta. Él sabía que su vida estaba acabada, de modo que se adelantó para argüir ante el rey, para exponer argumentos y razones en defensa del pueblo.

Concluyó el Rebe de Kobrin zt”l:

Lo mismo ocurre en los Yamim Noraím (Días Solemnes). De igual modo, el Jazán se para frente al Arca sagrada para rezar, alegar y argumentar en favor de la congregación.

Los Simanim: señales para un buen año

El Talmud dice que en Rosh Hashaná es bueno poner en la mesa ciertos alimentos especiales que, debido a su nombre o a sus características, son Simanim: señales y símbolos de buen augurio para el año que comienza.

La costumbre más correcta es primero lavarse las manos para recitar la bendición de Hamotzí y cortar el pan, y sólo después de comer un poco del pan se pasa a comer los Simanim.

Al ver y recordar cada alimento se acostumbra recitar un pedido especial relacionado con su nombre o característica, y luego se come un poco de él. Estos pedidos especiales figuran en los Majzorim, los libros de oraciones de Rosh Hashaná.

Quien no disfruta de alguno de los alimentos, no debe comerlo, e igualmente podrá recitar el pedido relacionado al ver dicho alimento.

No hay un orden obligatorio para los Simanim, pero antes de comer el primer alimento procedente del árbol es importante pronunciar por él la bendición Boré perí haetz, y después de comer un poco de él se recita la plegaria correspondiente.

El Shelá Hakadosh z”l escribió que al recitar los pedidos especiales por los Simanim debemos hacer teshuvá y arrepentirnos de todos nuestros pecados. ¡Recemos de todo corazón! ¡Este es el mejor momento, no lo desperdiciemos!

¿Cuáles son los Simanim?

  1. Temarim (dátiles). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… sheyitamu (que se consuman) quienes nos odian…” Hay quienes explicaron que el nombre hebreo del dátil, tamar, es la combinación de las palabras tam y mar, que significan: “Que se termine la amargura”.
  2. Silká (acelga). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… sheyistalekú (que desaparezcan) nuestros enemigos…”
  3. Kartí (puerro). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… sheyikaretú (que sean exterminados) quienes nos odian”.
  4. Kará (calabaza o zapallo). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… shetikrá (que rompas) los decretos nefastos contra nosotros, y sean leídos ante Ti nuestros méritos”.
  5. Rubiá (llamado alubia, chaucha, habichuela, ejote o judía verde). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… sheyirbú (que se incrementen) nuestros méritos”.

Muchos judíos ashkenazitas acostumbran usar para este simán la zanahoria, que en yídish se llama mern, palabra que también tiene la connotación de abundancia.

  1. Rimón (granada). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… que se incrementen nuestros méritos como la granada” (que tiene muchos granos).
  2. Rosh kebes (cabeza de cordero). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… que seamos cabeza y no cola”.

Cuando no es posible conseguir una cabeza de cordero, hay quienes acostumbran poner en la mesa una cabeza de pescado y recitar la plegaria correspondiente.

Además, es bueno comer carne grasosa en Rosh Hashaná, como señal de bendición y abundancia.

  1. Tapúaj bidvash (manzana con miel). Aquí pedimos: “Sea Tu Voluntad… que nos renueves un año bueno y dulce”. Hay que elegir manzanas dulces. Y el Gaón de Vilna aconsejó específicamente las manzanas rojas; así, en caso de haber sobre nosotros algún decreto sanguinario y nefasto (Dios nos quiera), al untar la dulce miel sobre el color rojo, “el juicio se endulzará”.

Además, hay quienes explicaron que el valor numérico de la palabra devash (miel) equivale al de ishá, mujer (306). Y esto es de buen augurio para encontrar pareja y casarse el año que comienza, ameritando formar un hogar y una familia judía.

  1. Daguim (pescado). Hay quienes comen específicamente daguim, pescado, y piden: “Sea Tu Voluntad… que nos multipliquemos y nos fructifiquemos como los peces” (que son numerosos).

Como fue explicado, el nombre de varios de estos Simanim tiene una connotación de bendición.

Siguiendo ese criterio, hay quienes acostumbran también comer “sardinas”, pues esta palabra suena como sar dinim, lo cual alude al pedido de que Dios aparte los malos decretos.

Asimismo, muchos judíos en Francia ponen en la mesa banana, “banane”, deseando tener un “bonne anne”, buen año.

Y otros adornan su mesa festiva con “kiwi”, aludiendo al versículo Lishuatejá kiviti HaShem, “¡Tu salvación espero, HaShem!” (Bereshit 49:18).

Para simbolizar nuestro deseo de que el año entrarte sea solamente dulce, en Rosh Hashaná es bueno comer alimentos dulces y abstenerse de comer alimentos especialmente picantes. Se puede sazonar la comida con un poco picante, pero no conviene que su gusto sea demasiado picante o agrio.

Asimismo, es correcto abstenerse de comer nueces Rosh Hashaná; y también uvas, si son agrias. Pero las pasas de uva están permitidas.

Los Simanim de Rajel

Explicó el Rabí de Izbitza zt”l:

La boda de Yaacov y Rajel fue fijada para la noche de Rosh Hashaná.

Rajel vistió su traje de novia y llegó al lugar; pero, he aquí, ¡la novia era Leá!

“¿Qué haces?”, le reclamó Rajel.

“No entenderás. No es mi culpa. Papá mintió”, le respondió Leá.

Rajel quiso decirle: “¡Quítate ese vestido!”, pero se quedó en silencio y lo pensó dos veces…

Entonces le dijo a Leá: “Escucha, Yaacov y yo tenemos señales. Nos fijamos un código, porque pensábamos que papá mentiría. La señal es Abas (Alef, Bet, Simán)”.

¡La señal era simplemente el alfabeto!

Así son los Simanim, las señales de Rosh Hashaná.

Al ordenar los alimentos sobre la mesa, la esposa simplemente eleva sus ojos a HaShem y le dice:

“Este es el kartí, el puerro; este es el rimón, la dulce granada; estos son los dátiles; la cabeza de pescado o de carnero; etc. ¡Por favor, decreta e inscribe a mi familia para un año pleno de salud y de prosperidad, de satisfacciones y de buen sustento, amén!”

Y así, al bendecirnos unos a otros con todo el corazón, las bendiciones se convertirán en realidad.

Últimos consejos antes de Rosh Hashaná

  • Muchas mujeres acostumbran hornear pan redondo para Rosh Hashaná; para que tengamos un año “redondo”, sin complicaciones.
  • Hay algunas acciones que son muy propicias para tener el año que comienza muy buena parnasá (sustento). Por ejemplo: comprar un cuchillo en la víspera de la festividad, afilarlo y cortar con él la jalá en la primera noche del año.
  • Asimismo, una muy buena segulá para el sustento es recitar con la mejor intención, concentración y devoción el primer Bircat Hamazón del año.
  • Antes de encender las velas, es bueno que la mujer separe la suma de 18 por cada miembro de su familia. Vida pedimos, y 18 es el valor numérico de la palabra jai, que significa “viviente”. Por el mérito de la caridad tendremos vida todo el año entrante, y muchos años más.

Dos costumbres en Rosh Hashaná

Se acostumbra no dormir en Rosh Hashaná, durante el día, porque nuestros Sabios dijeron que si la persona duerme en Rosh Hashaná, “su suerte también se duerme”.

Por eso es correcto no quedarse durmiendo a la mañana, antes de los rezos. Quien se levanta tarde al comenzar el año, puede llegar a tener un año “lento y somnoliento”.

Después de las oraciones y la comida del día de Rosh Hashaná hay que dedicarse al estudio de la Torá y a leer el libro de Tehilim. Pero quien se levantó muy temprano para el rezo, y después de la comida está muy cansado, puede dormir un poco antes de dedicarse a estas lecturas, especialmente después del mediodía.

Algunos autores escribieron que la costumbre de no dormir en el día de Rosh Hashaná se refiere sólo al primer día de la festividad.

Otra costumbre muy difundida en Rosh Hashaná es leer dos veces todo el libro de los Salmos entre el primer y el segundo día.

El libro de Tehilim tiene 150 capítulos en total, y al leerlo dos veces resulta que se leen 300 salmos. Este número es similar al valor numérico de la palabra hebrea kaper (kaf=20, pe=80, resh=200), que significa “expía, perdona”, lo cual alude a nuestro pedido de perdón y expiación en estos días sagrados.

Es preferible leer menos salmos lentamente y con más concentración, que leer más salmos velozmente y con menos concentración.

También se acostumbra dividir la lectura de los Tehilim entre varias personas.

¿Qué nos recuerda el shofar en Rosh Hashaná?

Dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria: Todas las cosas buenas le llegan al pueblo de Israel acompañadas del sonido del shofar. Cuando recibieron la Torá en el monte Sinai se escuchó un toque de shofar. Cuando salían a las batallas, tocaban el shofar y las ganaban. Cuando tocan el shofar el pueblo se despierta al arrepentimiento. Y por último, la llegada de la Redención será anunciada con el sonido del Gran Shofar. (Séder Eliahu Zutá, capítulo 22)

Rabenu Saadiá Gaón z”l escribió que el shofar en Rosh Hashaná nos recuerda diez asuntos:

  1. Rosh Hashaná es el aniversario de la Creación del hombre, y el shofar proclama la Soberanía del Creador.
  2. El sonido del shofar le recuerda a la gente que debe enderezar sus caminos.
  3. El sonido del shofar recuerda la revelación de Dios en el monte Sinaí, como dice el versículo que relata aquel episodio: “El sonido del shofar se hacía cada vez más fuerte…” (Shemot 19:19).
  4. El sonido del shofar recuerda la alarma durante la batalla en Judea, que culminó con la destrucción del Templo Sagrado.
  5. El shofar trae a la mente las advertencias y las exhortaciones de los profetas.
  6. El shofar nos recuerda la Akedat Itzjak, la “atadura” de Itzjak Avinu en el monte Moriá.
  7. El shofar inspira el corazón al temor y la reverencia.
  8. El shofar nos recuerda el Día del Juicio final.
  9. El sonido del shofar infunde esperanza en la restauración de Israel y la reconstrucción de Yerushalaim.
  10. El shofar nos trae a la mente la futura resurrección de los muertos.

El discurso del Maguid de Mezritch antes del shofar

Al comenzar su discurso antes de tocar el shofar, Rabí Dov Ber, el Maguid de Mezritch zt”l, dijo:

La mayor desgracia que nos ocurrió desde que nos convertimos en un pueblo y una nación es la separación; la desunión que crea disputas y divisiones.

Pero nuestros Sabios dijeron: “Un sólo shofar Dios nos ordenó tocar, y no dos o tres shofarot” (Rosh Hashaná 26a).

Además de ser una enseñanza halájica, estas palabras también deben ser una advertencia para nosotros. No debemos tener varios shofarot. Cada uno de nosotros toca diferentes sonidos largos y agudos… Cada uno, como si fuera un shofar, llama y reúne a la congregación por cualquier tema que sea…

Sin embargo, nuestro éxito material y espiritual depende de que tengamos un sólo shofar, un sólo deseo judío que pueda unirnos a todos.

Esto también lo aprendemos de la profecía de Yeshayahu, que dijo: “Y será en aquel día que sonará un gran shofar, y vendrán los perdidos en la tierra de Ashur y los dispersos en la tierra de Mitzraim…” (Yeshayahu 27:13).

Pues deben saber: la reunión de los perdidos y los dispersos en los cuatro confines del mundo será posible cuando antes sonará “un gran shofar“, si en vez de muchos y diferentes shofarot que tocamos día a día, vendrá un gran shofar, uno y único.

Quien no puede escuchar el shofar en la sinagoga

Pregunta

El precepto de Rosh Hashaná es el shofar. Quien no puede escuchar el toque de shofar en la sinagoga, ¿cómo puede cumplir la mitzvá?

Respuesta

Primero permítame citar las palabras Maimónides, el Rambam z”l, que en sus Leyes de la Teshuvá 3:4 escribió:

“El toque del shofar en Rosh Hashaná es un decreto de la Torá. Pero también quiere decirnos lo siguiente: ‘¡Ustedes que duermen, despierten… reflexionen sobre sus actos, retornen al camino correcto y recuerden a su Creador!’ Esto se refiere a aquellos que olvidan la verdad al perseguir las trivialidades, y desperdician todos sus años en vanidades y futilidades que no traen beneficio. A ellos el shofar les dice: ‘¡Contemplen sus almas y mejoren sus actos y conductas! ¡Que cada uno abandone su mal camino y sus pensamientos errados!’”

Con respecto a su pregunta:

Para cumplir el precepto de tocar o escuchar el shofar no es necesaria la presencia de un minián (quórum de diez hombres adultos).

Por eso, alguien que está enfermo o imposibilitado de ir a la sinagoga, debe tocar el shofar en su casa, o pedirle a quien sabe tocar el shofar que venga y toque para él, para poder cumplir el precepto de la Torá.

Aunque las mujeres no están obligadas a cumplir el precepto de escuchar el shofar, muchas acostumbran ir a la sinagoga para hacerlo, y así es correcto hacer, si la mujer tiene la posibilidad.

Quien se dispone a tocar el shofar para alguien enfermo, etc., y ya cumplió el precepto con anterioridad en la sinagoga, es preferible que no recite las bendiciones correspondientes antes de tocar el shofar, sino que lo haga aquél que le pidió escuchar el shofar (si sabe recitarlas por sí mismo). Las bendiciones figuran en los libros de oraciones de Rosh Hashaná.

Según la costumbre ashkenazí, las mujeres pueden recitar las bendiciones correspondientes antes de escuchar el shofar, si alguien toca el shofar para ellas. Y así era la costumbre antigua en Jerusalem, incluso entre los sefaradim. Pero muchas Autoridades sefaraditas escribieron que es preferible que la mujer escuche el toque del shofar sin recitar las bendiciones.

Quien escucha el shofar en su casa, si puede, debe hacerlo de pie.

La ceremonia del Tashlij

Después del servicio de Minjá del primer día de Rosh Hashaná, se acostumbra ir a la orilla del mar o de un río que tiene peces, y recitar los versículos: “Mi El kamoja…” (¡Quién es como Tú, oh Dios…!), como figura en los libros de oraciones de Rosh Hashaná.

Al finalizar la recitación sacudimos las puntas de las ropas o los bolsillos para simbolizar que ahora estamos limpios de pecados.

La oración del Tashlij se dice al lado de un lugar con agua, porque el agua simboliza la misericordia, y el Tashlij viene a despertar la misericordia Divina.

Además, es preferible que haya peces. Los peces no tienen párpado y jamás cierran los ojos, y eso es un ejemplo de cómo Dios se comporta con Su pueblo elegido: “¡He aquí, el Guardián de Israel no dormita ni duerme!” (Tehilim 121:4).

Si no hay un mar o un río cerca, se puede recitar el Tashlij cerca de una canilla o un grifo, que se abrirá hasta finalizar la ceremonia.

Cuando el primer día de Rosh Hashaná cae en Shabat, en la mayoría de los lugares se aplaza la ceremonia del Tashlij para el segundo día (para evitar cargar el libro de oraciones en la calle).

Así como en Rosh Hashaná pedimos a Dios que perdone todos nuestros pecados, debemos dedicar un tiempo en el día a reflexionar acerca de las faltas que cometimos contra nuestros semejantes. No debemos esperar hasta la víspera de Yom Kipur para pedir el perdón de nuestro prójimo. ¡Hagámoslo hoy mismo!

 

Que tengamos un año pleno, con salud, alegrías, buenas noticias, paz y grandes satisfacciones. ¡Amén!