Después de Parashat Nitzavim, en los jumashim figura la Haftará que comienza con las palabras Sos asís BaShem. Esta es la séptima y última profecía de consuelo al pueblo de Israel y a la Tierra de Israel, y se lee siempre en el Shabat anterior a Rosh Hashaná; tanto si Parashat Nitzavim se lee sola, o si junto con ella se lee también Parashat Vayélej.

Dijo Yerushalaim: “Regocijar, me regocijaré en HaShem, mi alma se alegrará en mi Dios, porque me ha vestido con ropa de salvación, me ha cubierto con un manto de justicia…” (Yeshayahu 61:10).

Él me envolvió y me rodeo con salvación y justicia, así como una ropa envuelve a la persona por todos los lados, así como un manto cubre al que lo viste (Metzudat David).

Al decir: “Porque me ha vestido con ropa de salvación”, el profeta alude a los sufrimientos físicos que el pueblo de Israel debió soportar. La “ropa de salvación” es el escudo que protege de las flechas que los enemigos dirigen contra el cuerpo. Y el “manto de justicia” otorga protección para no ser herido por las lenguas venenosas y las palabras filosas (En Tzofim).