Haftará de los Ayunos públicos
Dirshú HaShem behimatzeó
Yeshayahu caps. 55-56
En el rezo de Minjá de los ayunos públicos –incluyendo Tishá BeAv– se lee la Torá en todas las comunidades.
Sin embargo, hay diversas costumbres con respecto a si después se lee una Haftará.
En el Tratado de Soferim (17:7) dice que en los ayunos públicos se lee la Haftará que comienza con las palabras Dirshú HaShem behimatzeó (Yeshayahu capítulo 55). Es decir que la costumbre de leer una Haftará en los días de ayuno público es muy antigua, y tiene su origen en las comunidades de la Tierra de Israel.
El libro Arbá Turim (Óraj Jaím, capítulo 428) también mencionó esta costumbre, y así escribió: Después de “las Siete Haftarot de consuelo” (que se leen entre Tishá BeAv y Rosh Hashaná) se acostumbra leer Tarté Detiuvtá, “las Dos Haftarot de arrepentimiento”. En el Shabat entre Rosh Hashaná y Yom Kipur se lee la primera de ellas: Dirshú HaShem behimatzeó (Yeshayahu capítulo 55), y en el Shabat entre Yom Kipur y Sucot se lee la segunda: Shuva Israel (del libro Hoshéa capítulo 14).
Y en los años que no hay un Shabat entre Yom Kipur y Sucot, según esta costumbre se adelantan las lecturas: la Haftarat Dirshú se lee en el Ayuno de Guedaliá, y la Haftarat Shuva se lee en el Shabat entre Rosh Hashaná y Yom Kipur (Jazón Ovadiá, Arbá Taaniot, página 426, citando al Séfer Hamajkim).
Con respecto a esta antigua costumbre, el Bet Yosef comenta que se leía una “Haftará de arrepentimiento” incluso después de Yom Kipur, debido a la enseñanza de nuestros Sabios, que dijeron: “Siempre es bueno rogar por el perdón, antes del veredicto y después de él”. Además, el juicio no termina en Yom Kipur, pues nuestros Sabios enseñaron que en la fiesta de Sucot Dios juzga al mundo con relación con el agua.
Hoy en día, como es sabido, la costumbre ha cambiado, y en todas las comunidades judías se lee la Haftarat Shuva en el Shabat entre Rosh Hashaná y Yom Kipur.
En la mañana de los ayunos públicos no se lee ninguna Haftará (excepto en el rezo matutino de Tishá BeAv). Sin embargo, con respecto a si se lee una Haftará en el rezo de Minjá de los ayunos públicos (y qué Haftará se lee) no hay una sola costumbre:
- En todas las comunidades ashkenazitas se acostumbra leer la Haftarat Dirshú en la tarde de los ayunos públicos, incluso en la tarde de Tishá BeAv (Ramá, Óraj Jaím 566:1).
- En algunas comunidades sefaraditas, principalmente en aquellas provenientes dela Tierra de Israel y en Turquía, no se acostumbra leer ninguna Haftará en la tarde de los ayunos públicos. Así escribió Rabí Jaím Yosef David Azulai, el Jidá z”l, en la Responsa Jaím Shaal (parte II, 38:91), y así se acostumbra hoy en día en muchas otras comunidades sefaraditas. No obstante, en la tarde de Tishá BeAv incluso estas las comunidades leen una Haftará (la Haftarat Shuva Israel).
- En otras comunidades sefaraditas, principalmente en aquellas provenientes de Marruecos y el Norte de África, acostumbran leer en la tarde de todos los ayunos públicos la Haftarat Shuva, pero en la tarde del Ayuno de Guedaliá acostumbran leer la Haftarat Dirshú (para no leer dos veces la Haftarat Shuva en la misma semana, pues hoy en día la costumbre general es leer la Haftarat Shuva antes de Yom Kipur). Y así escribió el Jidá z”l en su obra LeDavid Emet (capítulo 21).
Aquí el lector encontrará un pequeño comentario a la Haftarat Dirshú, y en la Haftará de Haazinu encontrará un comentario a la Haftarat Shuva.
*
“¡Busquen a HaShem cuando puede ser hallado, invóquenlo cuando está cercano!” (Yeshayahu 55:6).
El profeta pide al pueblo de Israel que “busque a HaShem cuando puede ser hallado”, llama a que lo “invoquen cuando Él está cercano”. Pero sabemos que Dios puede ser hallado en todo momento, el Todopoderoso siempre está cercano. Yeshayahu no se refiere a una proximidad en espacio o en tiempo.
Lo que ocurre es que a veces el hombre está lejos de Dios, y en otros momentos está cercano a Él.
Sin embargo, los ayunos públicos fueron establecidos para recordar nuestras malas acciones del pasado. Para arrepentirnos de ellas y corregir nuestros caminos. ¡Este es un buen momento para “buscar” al Todopoderoso y para “encontrarlo”!
Cuando los israelitas abandonan las sendas del mal y los pensamientos perniciosos, Dios tiene compasión de ellos y los saca del cautiverio a la paz y el regocijo.