Dice la Haftará correspondiente a la Parashat Shekalim:

“Y concertó Yehoyadá el pacto entre HaShem y entre el rey y entre el pueblo, para que sean un pueblo para HaShem; y entre el rey y entre el pueblo” (Melajim II 11:17).

Yehoyadá fue el Cohén Gadol (Gran Sacerdote) en la época del Yehoash, el rey de Yehudá. Y este pacto doble que concertó –entre HaShem y entre el rey y entre el pueblo– tuvo lugar después del derrocamiento de Ataliá, la malvada reina de Yehudá.

Ataliá era la madre de Ajaziahu, quien había sido el rey de Yehudá. Después del asesinato de su hijo ella quiso tomar el reinado, y para ello asesinó a todos los aspirantes a la corona…

Sin embargo, Ataliá no logró su objetivo. Yehoash, uno de los hijos de Ajaziahu, había sido salvado por su tía Yehosheva (la esposa de Yehoyadá), quien lo escondió durante seis años, hasta que Yehoyadá HaCohén consideró que llegó el momento de hacer que el trono usurpado retornara a quien verdaderamente le pertenecía.

Después de coronar a Yehoash como rey de Yehudá y de matar a Ataliá, lo primero que hizo Yehoyadá fue concertar un pacto “entre HaShem y entre el rey y entre el pueblo”. Y el texto nos dice que la finalidad de dicho pacto fue “que sean un pueblo para HaShem”.