Abimi y su padre
Dijo Rabí Abahu: “¡He aquí una prueba de cómo mi hijo Abimi cumple el mandamiento de honrar a sus padres!”
Abimi tenía cinco hijos, pero cuando Rabí Abahu llamaba a la puerta, él mismo corría a abrirle. Y mientras lo hacía, hasta que llegaba a la puerta decía “¡Voy, voy!”, para que su padre supiera que él estaba allí.
Cierto día su padre le dijo: “Tráeme un vaso de agua”. Mientras iba por el vaso, su padre se quedó dormido. Pero Abimi se quedó inclinado junto a él y esperó a que despertara.
Y fue recompensado eso, ¡pues ameritó interpretar el “Salmo de Asaf”! (Tehilim, cap. 79)
(Tratado de Kidushín 31b)