El milagro de Rabí Janiná
En cierta ocasión, Rabí Janiná ben Dosá iba por el camino y de pronto empezó a llover.
Exclamó aquel tzadik: “¡Señor del universo, ¿el mundo entero está tranquilo (por la abundancia de lluvias) y sólo Janiná está en apuros?!”, y la lluvia cesó.
Cuando Rabí Janiná llegó a su casa volvió a decir: “¡Señor del universo, ¿todo el mundo está preocupado (por la falta de lluvia) y sólo Janina está tranquilo?!”, y volvió a llover.
(Tratado de Taanit 24)