Cuando Rivká envió a Yaacov a recibir la bendición de su padre Itzjak, le dio para ponerse un traje maravilloso. Estaba hecho de piel de víbora. Tenía dibujados todos los animales del mundo en forma tan realista que estos parecían vivos.

Cuando un cazador llevaba ese traje en el campo, todos los animales se sentían atraídos al animal dibujado en la prenda. Inevitablemente, los animales se acercaban a las figuras, y se mostraban tan mansos que la persona podía capturarlos fácilmente.

Ese traje de caza lo había hecho Dios para Adam, el primer hombre. Luego cayó en manos del rey Nimrod. Esav mató a Nimrod y se quedó con el traje. Esav solía ponérselo cuando salía al campo a cazar, pero cuando no lo hacía, lo dejaba al cuidado de su madre Rivká.