En la vecindad del sabio Mar Ukbá vivía otro pobre, al cual Mar Ukbá le dejaba a diario cuatro zuz en la rendija de la puerta.

Un día, el pobre vecino pensó: “Voy a ver quién hace conmigo esa caridad”.

Ocurrió que ese día Mar Ukbá se quedó más tiempo de lo habitual inmerso en sus estudios, y la noche lo sorprendió en el Bet Midrash. Su esposa decidió ir a buscarlo.

Cuando regresaba a su casa junto con su esposa, Mar Ukbá pasó por la casa de aquel vecino pobre para dejarle las monedas. Al ver a Mar Ukbá y su esposa, el pobre salió detrás de ellos, pero Mar Ukbá y su esposa comenzaron a correr y se ocultaron en el horno de un panadero, aunque todavía tenía ceniza caliente…

¿Por qué Mar Ukbá y su esposa procedieron de esa forma?

Porque enseñaron nuestros Sabios: “Es preferible arrojarse a un horno ardiendo que avergonzar al prójimo en público”.

(Tratado de Ketuvot 67b)