Los méritos de Rab Ada bar Ahavá
Cierta vez, los discípulos de Rab Adá le preguntaron: “¿Debido a qué mérito te concedieron larga vida?”
Respondió el Maestro:
“Jamás me enojé en mi casa. Nunca caminé delante de alguien que fuera más sabio que yo. Jamás pensé sobre cosas sagradas en lugares sucios, ni caminé cuatro codos sin pensar en la Torá o sin llevar puestas las filacterias. Nunca dormí ni tomé una siesta en la Casa de estudio. Jamás me regocijé con la desgracia de mi prójimo, y nunca apliqué a mi semejante un apodo ofensivo”.
(Tratado de Taanit 20b)