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5. Tishrei 5786

בס”ד

Parashat Matot – Masé

El interés personal o el nacional

Los hijos de Israel acampaban al este del río Jordán, en los territorios que habían conquistado de aquel lado. Ellos esperaban la orden Divina para cruzar el Jordán y comenzar a conquistar la Tierra prometida, la Tierra sagrada.

De repente, la Torá relata lo siguiente:

“Mas los hijos de Reubén y los hijos de Gad tenían una cantidad muy grande de ganado… Y vinieron… y hablaron a Moshé… diciendo… ‘La tierra (de Transjordania) que HaShem golpeó y dejó delante de la congregación de Israel es una tierra apropiada para el ganado, y tus siervos tienen ganado…’ Dijeron: ‘Si hallamos gracia ante tus ojos, que esta tierra sea otorgada a tus siervos en posesión; no nos hagas cruzar el Jordán’ (Bamidvar 32:1-5).

Estos versículos y los siguientes nos muestran la larga “negociación” que mantuvieron las tribus mencionadas con Moshé y Elazar el Cohén por aquellas tierras.

Los argumentos expuestos parecían convincentes. Dichas tribus eran numerosas y ricas: poseían mucho ganado. Ellos vieron que las tierras de Yazer y Guilad, ya conquistadas, eran un lugar propicio para los animales. Además, dichos territorios estaban lejos del centro de la Tierra de Israel, por lo que seguramente ninguna otra tribu los querría. Entonces ellos se acercaron a Moshé y le pidieron recibirlas.

Sin embargo, al analizar sus palabras en profundidad, comprendemos el gran peligro que esconde ese pedido: Moshé Rabenu ve que delante de él hay personas que anteponen el beneficio personal al beneficio y la necesidad nacional. A llegar a una tierra fértil, ya conquistada, ellos no esperaron la palabra de Dios. Y por pensar sólo en su ganado, se desligaron de la Tierra Sagrada y de la suerte común que atañe a todas las tribus de Israel, al pueblo en su totalidad.

Si Moshé Rabenu accedía a la proposición de las tribus de Reubén y Gad, ellos no cumplirían su deber nacional de conquistar la tierra de Kenaan. Después de recibir “su parte”, no habría ninguna razón que los obligara a pelear contra los habitantes de la Tierra prometida, poniendo en peligro sus vidas.

¿Qué les respondió Moshé?

“Dijo Moshé a los hijos de Gad y a los hijos de Reubén: ¡¿Acaso sus hermanos irán a la guerra, y ustedes se quedarán aquí?!” (Bamidvar 32:6).

Él les quiso decir que no era correcto que ellos se queden en Transjordania, dedicándose tranquilamente a criar su ganado, mientras demás tribus iban a pelear para conquistar la Tierra que Dios legó a todo el pueblo judío.

Rabí Itzjak Abarbanel z”l explica las palabras de Moshé del siguiente modo: “¿Acaso ustedes piensan que sus hermanos irán a la guerra, mientras ustedes disfrutarán en sus casas, campos y viñedos: el patrimonio conquistado con el esfuerzo de todas las tribus?”

Después de largas deliberaciones, las tribus de Gad y Reubén llegan a una nueva proposición: Ellos irían a la vanguardia del ejército, durante la conquista de la Tierra Prometida, a cambio de aquellas tierras de pastura, que Moshé les daría inmediatamente para sus rebaños y familias.

¿Y qué les respondió Moshé ahora?

“Les dijo Moshé: ‘Si ustedes harán esto: si marcharán delante de HaShem en la guerra y saldrá todo soldado de ustedes al frente… hasta que Él haya expulsado a Sus enemigos y la tierra esté conquistada delante de HaShem, y sólo después habrán de volver…, esta Tierra será de su posesión delante de HaShem” (Bamidvar 32:20-22).