¿Cómo fue la primera entrevista que concedió el rey del Imperio egipcio a Moshé y Aharón?
Leemos en la Parashá:
“Vinieron Moshé y Aharón al Faraón, e hicieron así como ordenó el Eterno; arrojó Aharón su vara delante del Faraón y delante de sus siervos, y se convirtió en una culebra. El Faraón llamó también a sus sabios y hechiceros, e hicieron así también ellos, los magos de Egipto, mediante sus encantamientos. Cada uno arrojó su vara y se convirtieron en culebras, más la vara de Aharón tragó a las varas de ellos. Se endureció el corazón del Faraón y no los escuchó, como había dicho el Eterno” (Shemot 7:10-13).
Nuestros Sabios amplían con mucho detalle lo acontecido antes de la entrevista y en el transcurso de la misma.
Cuando Moshé y Aharón llegaron a Egipto, se dirigieron a sus hermanos hebreos y les transmitieron todo lo que Dios había ordenado. El pueblo, lleno de esperanza y alegría al escuchar la noticia de la cercana redención, les deseó éxito en su encuentro con el Faraón.
Al amanecer del día siguiente, Moshé y Aharón se dirigieron al palacio real llevando en sus manos “la vara de Dios”. Al llegar al portón, vieron dos cachorros de león encadenados, los cuales cuidaban el palacio, impidiendo que cualquier extraño pudiera entrar. Al pronunciar las palabras sagradas, liberaron a los leones de sus cadenas; y éstos, sin señal de enojo alguno, siguieron a los profetas, que entraron al palacio.
Al ver el Faraón a Moshé, a Aharón y a los leones, se sorprendió y se asustó. “¿Qué es lo que queréis?”, les preguntó.
Ellos le respondieron: “El Dios de los hebreos nos envió diciendo: ‘Envía a Mi pueblo, y Me servirán en el desierto’” (Shemot 7:1).
Al escuchar estas palabras, el monarca egipcio se quedó sin habla. Después de unos minutos de silencio, dijo: “Váyanse ahora, y vuelvan a mí mañana por la mañana”. Los hermanos cumplieron su pedido.
Cuando Moshé y Aharón dejaron el palacio, el Faraón llamó a su consejero Bilam (el mago), a sus hijos y a todos los sabios y hechiceros de la corte, para transmitirles las palabras de los profetas hebreos.
Los hechiceros preguntaron: “¿Cómo lograron entrar al palacio con los leones en la entrada?”
El rey les respondió que Moshé y Aharón habían arrojado su vara a los leones, y éstos se desataron de sus cadenas y entraron al palacio después de Moshé y Aharón, brincando alegremente, como un perro con su amo.
Bilam, el mago y principal consejero del Faraón, opinó: “¡Estos hombres son magos como nosotros! ¡Llámalos y probaremos cuán grande es su mágico poder!”
El Faraón mandó llamar a Moshé y Aharón. Al llegar delante el rey, ellos repitieron lo que el Todopoderoso les había ordenado decir: “Envía a Mi pueblo, y Me servirán en el desierto”.
El rey les preguntó: “¿Quién creerá que ustedes son verdaderamente enviados de Dios y que Él los ha enviado? ¡Demuéstrenlo realizando algún prodigio! ¡Si lo hacen, sabré que han dicho la verdad!”
Inmediatamente, “Aharón arrojó su vara delante del Faraón y de sus siervos, y ésta se convirtió en una culebra” (Shemot 7:10).
(Midrash Séfer HaYashar)