El hambre de los ángeles
El Rab Yehuda Leib Jasman zt”l (1869-1936) fue el director espiritual de la Yeshivá de Jebrón, y uno de los Rabinos más importantes de su generación. Hoy se lo recuerda como el autor del libro Or Yahel.
Una vez, él se hospedó en la Yeshivá de Radin, y fue invitado a cenar el viernes por la noche en la casa de Rabí Israel Meír Hacohén de Radin zt”l, más conocido como el Jafetz Jaím, por su famoso libro.
Para la sorpresa del Rab Jasman, al comienzo de la noche su distinguido anfitrión no comenzó a cantar el poema Shalom Alejem, como todo el pueblo de Israel acostumbra… En lugar de eso, el Jafetz Jaím rápidamente llenó la copa con vino y recitó el Kidush, se lavó las manos –y junto con él, todos los comensales– y recitó la bendición de Hamotzí por el pan…
Sólo después de comer el pescado, el anciano Rabino comenzó a cantar lentamente el poema Shalom Alejem…
Después de la cena y los cánticos en honor al Shabat, Rabí Yehuda Leib Jasman le preguntó, con profundo respeto, al gran Rabí:
“Explíqueme, Rabino, por favor. ¿Por qué cambió la costumbre normal, y recitó el Shalom Alejem a la mitad de la cena de Shabat?”
El Jafetz Jaím le contestó:
“Usted llegó de otra ciudad, y pensé que seguramente estaría hambriento. Por eso me apresuré a recitar el Kidush y comenzar la cena… ¡Estoy seguro de que los ángeles no estaban tan hambrientos, y podían esperar un poco a nuestro Shalom Alejem!”