Rabí Yaacov Krantz z”l, más conocido como “el Maguid de Duvna”, siempre mantuvo una discusión ideológica con los círculos de judíos maskilim, aquellos “iluministas” que se apartaron de nuestra Tradición ancestral y la cambiaron por ideas y creencias ajenas al judaísmo.

Una vez, el Rabí visitó la ciudad de Berlín, en Alemania. Allí residían muchos maskilim. Ellos sólo se jactaban de haber estudiado en las importantes universidades del país…

Cuando finalizó la oración matutina de Shabat, al volver a la hostería en la cual se hospedaba, el Maguid encontró en el camino a un joven judío que fumaba orgullosamente un aromático cigarrillo…

Muy sorprendido, el Rabí detuvo sus pasos y exclamó: “¡Shabat Shalom, hijo, creo que has olvidado que hoy es Shabat…!”

“No, no”, le respondió el joven, con una cínica sonrisa en su rostro. “Desde el día que tengo uso de razón solamente digo la verdad. Por eso declaro ante usted que sé que está prohibido fumar en Shabat, ¡y a pesar de eso no puedo dejar de fumar!”

Le contestó el Rabí: “¡Un hombre de verdad, como tú, no merece estar en mundo de la mentira!” (en este mundo).