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5. Tishrei 5786

בס”ד

Las bendiciones de la Havdalá

Pregunta

¿Cuál es la razón de la costumbre de recitar la Havdalá en la sinagoga? Para recitar la Havdalá, además del vino usamos una sustancia aromática y una vela trenzada. ¿Qué significan o simbolizan estos elementos?

Respuesta

Se acostumbra recitar la Havdalá en la sinagoga (al finalizar el rezo de Arbit de Motzaé Shabat), así como se acostumbra recitar en la sinagoga el Kidush en la noche de Shabat.

Esta antigua costumbre fue establecida por los Rabinos de Babilonia, debido a la presencia de huéspedes y forasteros que se quedaban en el edificio de la sinagoga para comer y dormir. Otra razón era para que cumplan el precepto aquellos que no sabían leer en hebreo.

El Shulján Aruj escribió que “el oficiante debe recitar la Havdalá en la sinagoga, para cumplan la obligación de la Havdalá aquellos que no tienen vino en sus casas”.

En los países de la Diáspora se ha mantenido esta costumbre. (En la Tierra de Israel no todos siguen esta costumbre hoy en día.)

No obstante, las autoridades Rabínicas escribieron que es mejor que el hombre tenga la intención de no cumplir la obligación de la Havdalá en la sinagoga, sino en su casa. De ese modo recitará la Havdalá para los miembros de su familia también. (Hoy en día es fácil conseguir vino Kasher.)

En la Havdalá de Motzaé Shabat se recitan cuatro bendiciones: (a) La bendición por el vino, (b) la bendición por algún aroma, (c) la bendición por la luz de la vela, (d) la bendición de separación y distinción entre el día sagrado y los días hábiles de la semana.  

  1. La Havdalá se pronuncia con una copa o vaso de vino. También se puede usar jugo de uva natural. Estas son las mejores opciones. De todos modos, hay quienes prefieren usar cerveza o whisky para la Havdalá. Esto está permitido, excepto en la fiesta de Pésaj.
  2. La copa o el vaso debe contener como mínimo la cantidad de 1 reviít, que equivale a 81-86 cc. La copa debe estar llena, y la costumbre general es ponerle vino hasta que rebose y se derrame un poquito. Esto es un símbolo de abundancia y una señal para las bendiciones que esperamos recibir para la semana entrante.
  3. Para recitar la Havdalá se sostiene la copa con la mano derecha, y en la otra mano se debe sostener la especie aromática. Se recita la bendición Boré perí haguéfen por el vino (o Sheakol nihiá bidvaró por el cerveza o el whisky).

Luego se pasa la especie aromática a la mano derecha y la copa a la izquierda, se pronuncia la bendición por la especie aromática y se inhala el aroma. La razón de la especie aromática es reconfortar y dar alegría al alma, que se entristece por la partida del santo Shabat.

  1. En las comunidades sefaraditas la costumbre es recitar por la especie aromática la bendición específica que corresponda (si el aroma proviene de un “árbol” se dice Boréatzébesamim, si proviene de una “hierba” se dice Boré isbé besamim). En las comunidades ashkenazitas se acostumbró en la Havdalá recitar siempre la bendición general Boré miné besamim, sin distinguir si la especie aromática proviene de un árbol o una hierba.
  2. Sólo se puede recitar la bendición por un aroma cuando la especie aromática fue tomada para disfrutar de su fragancia, y no para alejar malos olores. Por eso está prohibido bendecir por las especies aromáticas que se colocan en el toilet o los baños.

En tercer lugar se pronuncia la bendición de Boré meoré haesh (“Que creas las luces del fuego”). Esta berajá fue establecida para recordar que al concluir el primer Shabat de la Creación, Dios le dio deá (sabiduría) a Adam harishón, el primer hombre, y éste frotó dos piedras una contra otra y descubrió el fuego.

  1. Lo mejor es utilizar una vela que tenga más de una mecha, la cual se asemeja a una “antorcha” y esparce mucha luz. Por eso se acostumbra utilizar una vela trenzada.
  2. No se puede recitar la bendición de la vela hasta tener beneficio de su luz, es decir, hasta estar lo suficientemente cerca de ella “como para poder diferenciar a su luz monedas de diferente valor”.
  3. Al pronunciar la bendición de la vela se acostumbra colocar las palmas de la mano hacia arriba y doblar los dedos hacia adentro, para observar también las uñas.

Hacemos esto para darnos cuenta si es posible utilizar la vela para realizar alguna tarea a su luz. Además, las uñas son una señal de bendición, ya que crecen continuamente, y en las líneas de la palma de la mano también hay una señal para recibir bendición (Mishná Berurá).

Otra razón es para recordar las uñas de Adam harishón, el primer hombre, que tenían mucha luz. En el Libro Tikuné Hazóhar dice que al comienzo el cuerpo de Adam estaba cubierto con una “túnica de uñas que iluminaban como las Nubes de Gloria”, pero la perdió a la hora de la Havdalá; y esas son las “luces del fuego”.

Por medio de esta acción recordamos además las túnicas de piel que Dios hizo para Adam y Javá, pues el Midrash dice que eran “tan lisas como las uñas”, y que estaban adheridas a sus cuerpos y alumbraban como la luz. (Kaf Hajaím).

  1. A la salida de Shabat no se puede bendecir por una vela “que no reposó” y se hizo con ella alguna prohibición en el día sagrado. Por eso no se puede usar una vela que fue encendida en Shabat. Pero si la vela fue encendida en Shabat por la necesidad de una parturienta o un enfermo grave está permitido utilizarla, pues eso no se considera una transgresión y una “falta de reposo” (Shulján Aruj).
  2. Si un gentil encendió una vela en Shabat, incluso para su propio beneficio, tampoco podemos utilizar para la Havdalá (pues igualmente se la considera “una vela que no reposó”).

A la conclusión de la Havdalá se debe beber el vino. Para cumplir la obligación de la Havdalá, en principio se beber más de la mitad del contenido mínimo de la copa; es decir, 41-44 cc. Aun si se utiliza un vaso o una copa grande basta beber sólo esa cantidad para cumplir la obligación de la Havdalá. No obstante, es correcto beber la cantidad de 1 reviít, 81-86 cc, para poder recitar la bendición final por el vino.

En principio, quien recitó la Havdalá debe beber solo esa cantidad; si no puede hacerlo, alcanza que beba un sorbo y alguno de los presentes beba esa cantidad.

Quienes escuchan la Havdalá cumplen con la obligación aun si no beben nada de vino. Y la costumbre general es no repartir el vino de la Havdalá a los demás.

De todos modos, es una antigua costumbre tocar con los dedos el vino que se derramó para apagar la vela y pasarlo por los ojos en señal de aprecio a la mitzvá.