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5. Tishrei 5786

בס”ד

El Shabat Najamú y el 15 de Av

El Shabat de consuelo

Así como en el judaísmo hay un tiempo para enlutarse, también hay un tiempo para salir del luto, ¡e incluso hay un tiempo para alegrarse!

Después del 9 de Av llegan el Shabat Najamú (el “Shabat de consuelo”) y el día 15 de Av –llamado Tu BeAv–, que es un día semifestivo.

En los Shabatot de Ben Hametzarim (las tres semanas entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av) leímos “las tres Haftarot de calamidad o desgracia”, llamadas Telatá depuranutá. Pero en el judaísmo el consuelo siempre es más grande que el sufrimiento, y después de Tishá BeAv comenzamos a leer “las siete Haftarot de consuelo”, llamadas en arameo Shibá denejematá. Estas siete Haftarot se leen desde Tishá BeAv hasta Rosh HaShaná.

El Shabat posterior a Tishá BeAv se lee la primera de ellas, que comienza con las palabras Najamú najamú amí, “¡Consuelen, consuelen a Mi pueblo…!” (Yeshayahu 40:1). Por eso este Shabat recibe el nombre de Shabat Najamú, “El Shabat de consuelo”.

HAFTARÁ DE SHABAT VAETJANÁN

Tu BeAv

El día 15 de Av es llamado Tu BeAv por las letras que conforman el número 15 en hebreo (tet y vav).

¿Qué tiene de especial este día semifestivo?

Hacia el final del Tratado de Taanit, la Mishná (4:6) menciona las cinco calamidades que ocurrieron en el 17 de Tamuz y las cinco que ocurrieron el 9 de Av. Luego, la última Mishná de aquel Tratado enseña que en la época talmúdica Tu BeAv era un día de regocijo especial:

“Dijo Rabán Shimón ben Gamliel: ¡No hubo días más alegres para Israel que el 15 de Av y el Día del Perdón!”

El Día del Perdón, es en esencia un día alegre; aunque nos afligimos por los pecados que cometimos, también nos alegramos de que Dios perdona nuestras faltas. Asimismo, el 15 de Av era un día que encerraba una alegría singular.

El Talmud (Taanit 30a-31b) menciona seis razones para la alegría en Tu BeAv:

1. En este día el pueblo de Israel en el desierto vio que terminaron de morir los hombres mayores de veinte años, sobre quienes HaShem había decretado que no podrían entrar a la Tierra Prometida y deberían deambular en el desierto durante cuarenta años. En este día Dios le restituyó a Moshé Rabenu la profecía, le indicó que el pueblo podía continuar su trayecto hacia a la Tierra Sagrada, y le dijo: “Este día comenzaré a hacer que todos los pueblos bajo los cielos tengan miedo y temor de ti…” (véase el comentario de Rabenu Bajayé z”l en Devarim 2:16-25).

2. Después de haber conquistado y repartido la Tierra de Israel entre todas las Tribus, el 15 de Av les quedó permitido a las Tribus casarse unas con otras (véase Bamidvar 36:8).

3. Debido al episodio de Piléguesh Baguivá, todas las Tribus de Israel habían decretado la prohibición de dar sus hijas en matrimonio a los miembros de la Tribu de Biniamín (véase el libro de Shofetim capítulos 19-21). Pero un 15 de Av el decreto quedó anulado.

4. Un 15 de Av el rey Hoshéa ben Elá anuló los puestos de guardia que había establecido el rey Yarobam ben Nevat para impedir que los judíos del reino de Israel ascendieran a Jerusalem en las tres festividades de peregrinación.

5. En este día terminaban de cortar la leña que se usaba en el altar del Templo Sagrado, y hacían una fiesta.

6. Un 15 de Av los romanos permitieron enterrar a los muertos de la ciudad de Betar, después de la frustrada rebelión de Bar Kojvá. A pesar de que los cuerpos permanecieron mucho tiempo sin poder ser enterrados, Dios hizo un milagro y los cadáveres no se descompusieron.

La Mishná nos enseña qué ocurría en el Día del Perdón y en Tu BeAv:

“En estas fechas, las jóvenes de Yerushalaim salían con vestidos blancos prestados… y bailaban en las viñas…”

Ellas salían a bailar en recuerdo de las “hijas de Shiló”, pues en la época bíblica se celebraba la “Fiesta de los Viñedos” y las jóvenes judías salían a bailar en los viñedos de Shiló (como relata el libro de Shofetim 21:19-21).

Cada año, el 10 de Tishrí (Yom Kipur) y el 15 de Av las jóvenes de Yerushalaim salían a bailar con vestidos blancos que se prestaban unas a otras. Incluso las que pertenecían a familias adineradas hacían así, para no hacer diferencias y no avergonzar a aquellas que pertenecían a familias pobres y no tenían un vestido blanco. El Talmud cuenta que todo el que no tenía esposa iba allí para tomar una mujer digna e idónea, pues todo era realizado con moral y recato, según la ley. Y los Rabinos explican además que el baile de las jóvenes en estas fechas envolvía grandes secretos y aludía a elevados conceptos.

Por último, la Mishná nos cuenta qué decían las jóvenes cuando salían a bailar:

“¡Joven, levanta tus ojos y mira qué mujer escoges! ¡No pongas tus ojos en la belleza, sino en la familia (asegurándote de que la familia sea honrada)! ‘¡Engañosa es la hermosura, vana es la belleza; sólo una mujer temerosa de HaShem es digna de alabanza!’ (Mishlé 31:30).

Hoy en día, el 15 de Av es para nosotros sólo un día semifestivo. En Tu BeAv está prohibido ayunar. Y en las oraciones de Tu BeAv no se debe recitar el Tajanún (las súplicas de perdón), así como tampoco en la oración de Minjá de la víspera.

Escribió Rabí Yosef Jaím zt”l:

Si alguien está en litigio con un gentil, nuestros Sabios le aconsejaron abstenerse de ir a juicio en la primera parte del mes de Av, debido al mazal (la “suerte”) que impera al comienzo de este mes. ¿Hasta cuándo? Unos dicen: hasta el comienzo del mes de Elul, y otros dicen: hasta el 10 de Av. Esta última opinión es la principal, y más aún después del 15 de Av, que es una fecha muy especial en la cual hay que regocijarse, como explica el libro del Zóhar (Ben Yish Jai, Año 1, Devarim, 1).

Sucedió un 15 de Av

En el año 5554 (1794), el Gaón Rabí Eliahu de Vilna z”l ordenó festejar el 15 de Av en su ciudad y los alrededores. Además de las razones mencionadas en el artículo anterior, había una razón adicional. Un evento especial había ocurrido en ese día.

Una tropa de rebeldes polacos había conquistado la ciudad de Vilna, expulsando a la guardia personal de la Reina Yekaterina –Catalina II de Rusia, llamada “Catalina, la Grande”–.

Los polacos habían comenzado a desvalijar las casas de los judíos, como venganza porque no los ayudaron en la guerra contra los rusos…

De repente un batallón ruso se adelantó hacia Vilna y comenzó a bombardear la ciudad.

Los judíos se congregaron en las sinagogas y elevaron plegarias a HaShem, rogando por su salvación. El Gaón Rabí Eliahu había ayunado todo el día en la Gran Sinagoga, y poco a poco los feligreses también fueron llegando allí.

Rabí Eliahu se acercó al Arón Hakódesh (el Arca), lo abrió, y con gran devoción recitó siete veces el Salmo 20: Lamnatzéaj… Yaanjá HaShem beyom tzará…, “Para el director… Te responderá HaShem en día de calamidad…”

De repente, se escuchó una explosión, y todos los presentes vieron con asombro como una bala de cañón quedó incrustada en el techo de la sinagoga.

¡Los feligreses quedaron sin habla! Pero el Gaón Rabí Eliahu se volvió hacia ellos, y exclamó con alegría: “¡El decreto fue anulado!”

En ese momento los rusos entraron nuevamente a Vilna, salvando a los judíos del robo y el ultraje.